No es meditar.
Ni dejar de compararte con los demás.
Ni siquiera dejar de exigirte.
Lo anterior es vital… pero se queda en nada si no haces lo siguiente.
A ver, me da igual en el punto en el que estés. Si estás muy quemado buscando una solución, pero llevas ya varias terapias y nada, no hay manera de librarte del estrés, o si ya estás aplicando una práctica que ves que funciona pero que todavía no experimentas toda la paz que te gustaría… la clave es ser un auténtico cabezota.
Persistir buscando esa forma de liberarte del estrés de forma consistente y a largo plazo, si todo lo que has probado hasta ahora no ha funcionado.
O persistir con esa práctica que estás desarrollando hasta que vivas con la paz que buscas, si ves que ya te ha dado resultados.
Persistir, convertirte en la persona más cabezota que conozcas.
A partir de ahí, podrás tardar más o menos, pero esa paz acabará llegando.
Yo desde que empecé este camino, tardé 10 años en encontrar una práctica que se adaptara a mí y luego persistí con ella hasta que conseguí esa paz que tanto buscaba.
¿Te imaginas si a la primera terapia fallida hubiese tirado la toalla?
A saber dónde estaría hoy…
Así que eso, sé terco como un burro.
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Por tu cabezonería consciente,
Manuel Umbert.