¿Trofeos con Trampa?

Es un aprendizaje habitual.

La sociedad nos enseña que tenemos que alcanzar ciertas metas para llegar a ser esa persona que encaja con el ideal social.

Carrera, puesto en una empresa, matrimonio, “estatus”, etc.

Entonces lo que interpretamos a partir de ahí es que, para estar bien, tenemos que ir consiguiendo esas metas. 

De no hacerlo, pues la gente se siente mal, se siente juzgada, que no encajan…

Hasta aquí nada nuevo.

¿Pero qué pasa cuando sí consigues una de esas metas?

¿Cómo es ese proceso del antes y después?

Aquí hay una trampa muy sutil de la mente.

Igual te ha pasado que para llegar a un objetivo, te has ido cargando. Te has quemado intentando alcanzarlo.

Que llegaba un punto en el que ni sabes por qué estás yendo a por ello, y solo lo haces porque crees que es lo que toca en ese momento para encajar con ese ideal del que hablaba.

Entonces entra la trampa.

Tú estás quemando tu tiempo, energía, salud para conseguirlo, pero te dices algo así como: “aguanto ahora, que cuando lo consiga estaré genial”.

Se crea una especie de imagen idílica en tu mente en la que te visualizas en paz cuando consigues ese logro. 

Suena exagerado, pero realmente es algo así.

Sin embargo, ¿qué ocurre?

Llega ese momento, consigues el logro que te habías propuesto… y sí, sientes alegría, te sientes bien, pero igual te dura unas horas o unos días como mucho. Pasado ese tiempo, vuelves a estar igual, como que esa visualización no se cumple.

Y esta trampa te puede hacer saltar de una meta a otra mientras te vas quemando cada vez más en el proceso, sin que llegue ese bienestar que buscas.

La fórmula de la trampa:

“Cuando consiga ese título, me sentiré bien”

“Cuando haya conseguido pagar la hipoteca, sentiré alivio”

“Cuando me case o tenga hijos, seré feliz”

Y no hay nada de malo en las metas, tener metas es buenísimo. El problema es cómo las enmarcas.

En lugar de depender de ellas para tu bienestar, las puedes usar para dar foco a tu mente.

El bienestar lo puedes sentir con o sin esa meta cumplida. Teniendo hábitos que realizas a diario con los que multiplicar tu paz.

Sobre hábitos que generan calma y sueltan tensión, hablo a diario en mi newsletter gratuita. Aquí puedes suscribirte.

Un abrazo,

Manuel Umbert.