Si tienes autoestima, lo siento por ti 

Cómo te cuentas las cosas es lo que te hunde o te libera.

Igual te habías contado que tienes la autoestima alta o baja, y te lo habías repetido a lo largo del tiempo. Incluso te has dicho o has oído decir que “es que tengo la autoestima baja”, a modo de justificación de lo que te pasa.

Como si por una cosa que se llama autoestima, estuviese a uno invalidando de sus capacidades.

Pues bien, por ir al grano: la autoestima no existe.

No hay un órgano, ni una reacción química ni objeto en tu cabeza que sea la autoestima.

Lo que hay es lo que experimentas momento a momento.

Es decir, a lo largo del día, tu experiencia se va moviendo, entre momentos en los que estás más animado, menos, con miedo, alegre, estresado, etc.

Si tú te identificas con que tienes la autoestima baja, tu mente va a llevar su atención a esos momentos que justificarían que tienes la autoestima baja, como un momento de miedo, de estrés o nerviosismo.

Y te quedas con eso.

Y te cuentas: como tengo la autoestima baja, siento miedo, me puse nervioso el otro día y no puedo hablar en público.

Te quedas con esa creencia que retroalimentas con esas experiencias que parecían demostrarlo, ignorando todo lo que indica lo contrario, como esos momentos de tu día a día en los que fluyes con total confianza aun sin darte cuenta.

Entonces, quédate con esto: cómo te cuentas las cosas es lo que te condiciona.

Puedes empezar a cuestionarte eso que te estabas contando. Lo que te decías:

  • Tengo estrés
  • Tengo la autoestima baja
  • Soy una persona insegura
  • Algo me pasa
  • Etc.

Y poner atención a esas experiencias de tu día a día en las que no se corresponden a eso que te habías contado.

Si quieres más claves como esta para dejar atrás el burnout, suscríbete gratis a mi newsletter.

Por tu paz,

Manuel Umbert.